La consulta por una mala cicatrización es casi siempre por dos motivos principales: habitualmente es una cicatriz ancha y plana, debido a que por tensión o estar en una zona de movimiento se ha dilatado progresivamente. En estos casos será necesario una nueva intervención; quitarla y hacerla de nuevo, cosiendo muy bien en profundidad para eliminar la tensión y hacerla fina.
Un caso más complejo es cuando la cicatriz evoluciona a queloide. En estos casos crece y abulta tanto que parece un auténtico tumor. Quitarla y reoperarla puede no solucionar el problema, ya que hay una predisposición de la piel a cicatrizar así. En casos graves hay que sacar el queloide con cirugía y aplicar inmediatamente radioterapia, ya que aunque se trata de una lesión benigna, el crecimiento es el mismo que el de un tumor.
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