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GINECOMASTIAS MODERADAS. CUANDO Y CÓMO OPERARLAS?

 

Muchos pacientes jóvenes nos consultan por casos de ginecomastia moderada. Un desarrollo leve de la glándula, que sus familiares y amigos desaconsejan intervenir, por ser poco notoria, pero que molesta extremadamente al paciente.

La percepción del “defecto” o molestia es personal, y nosotros respetamos esta decisión, por lo que después de explicar el procedimiento, los pros y los contras, el paciente continúa decidido al tratamiento, ponemos en marcha en engranaje de la operación.

Al ser un defecto moderado, nos comentan que la idea es de un procedimiento menor: anestesia local y a casa el mismo día.

Esto no es así: aunque externamente la glándula parece pequeña, el hecho de resecarla por completo, para evitar que vuelva a crecer nos obliga como cirujanos a ser cautelosos.

La intervención debe realizarse en quirófano, en condiciones estériles y con una anestesia general. Es así porque nuestro objetivo es poder sacar toda la glándula por la areola, que suele ser pequeña. Este manejo es dificultoso y muy molesto para el paciente, si sólo realizamos una anestesia local.

Es importantísimo asegurarnos que en el espacio que queda tras quitar la glándula no sangra ninguna vena ni arteria. Esto alarga el tiempo de intervención. Además es conveniente colocar un drenaje 24 h para que la recuperación sea rápida y sin complicaciones, por lo que preferimos un ingreso en clínica de una noche.

Además de quitar toda la glándula, realizamos liposucción de zona de tórax para regularizar, por lo que aún aumentamos más la zona sobre la que intervenimos.

Con estas precauciones, la intervención es segura, efectiva y duradera en el tiempo.

La recuperación es rápida, y las cicatrices prácticamente imperceptibles.

 

En las fotos vemos un caso leve de ginecomastia: pre y post

A pesar de que externamente la glándula parece pequeña, vemos que al sacarla ocupa un gran espacio.  La extracción fue posible por la areola, y los resultados al mes después de la operación, satisfactorios para el paciente.


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Somos una generación de mujeres en las que lo habitual después del nacimiento y tras el primer llanto era agujerear las orejas para poner los pendientes.
Hoy día esto ya es variable. Yo por ejemplo no lo hice con mis dos hijas: La mayor me lo pidió hace un par de años, y ya tiene una buena colección de pendientes i la pequeña, más transgresora, nunca ha hecho alusión.
Sea como sea, muchas mujeres y algún hombre, llegan a mi consulta con el problema de que el agujero se ha rasgado, se ha alargado y molesta o no permite que el pendiente se enganche adecuadamente.
Esto tiene una reparación simple: no tanto como dar un punto y ya está, como piensan muchas de mis pacientes; es algo más laborioso, ya que si no retiramos con un bisturí la piel que rodea el orificio y dejamos el agujero en carne viva”, esta zona no podrá cerrar.
Puede ser una o ambas orejas, con rotura parcial o total. Ocasionado por un traumatismo o de manera espontánea, porque aquella persona tiene la piel más fina y pequeños estiramientos o llevar los pendientes por la noche, acaban ensanchando el orificio.
Cuando se decide la intervención, en consultes y con un poco de anestesia local se realiza este procedimiento:
Se dibuja la zona de piel que hay que retirar, se quita con bisturí y se vuelve a cerrar con unos puntitos finos y delicados que se cosen por delante y detrás para que quede bien sellado.
Hay que llevar los puntos tapados con unes tiritas entre 10 y 15 días.
Pasado este tiempo se retiran, siendo recomendable hidratar la piel para volverla a reforzar.
Pasado un mes se puede plantear hacer el nuevo agujero.

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Son los pliegues naturales de la mejilla desde la piel a la mandíbula.
Suelen aparecer con los años, pero también hay personas jóvenes y en los hombres con piel más gruesa, que por constitución pueden estar aumentados.

 

¿POR QUÉ SE FORMAN ESTOS SURCOS?

En personas jóvenes es por constitución. Suelen tener una estructura muscular y ósea fuerte que marca más esta zona.
Con la edad, los tejidos de la cara son más blandos, por lo que la piel y la mejilla pueden descender algo, acentuando este pliegue.

¿ES POSIBLE REDUCIRLOS CON TRATAMIENTO?

Sí, el más simple sería mediante relleno con Ácido hialurónico: Se pone una crema anestésica en la piel, o un poco de anestesia local para que moleste lo mínimo posible.

Entonces se inyecta el hialurónico, que en este caso es de alta densidad, para conseguir elevar y rellenar el pliegue.
Además del efecto inmediato, en unas semanas el ácido hialurónico tiene capacidad de captar agua en las capas profundas de la piel, por lo que se remodela aún más el surco. Es una hidratación natural y una regeneración efectiva y duradera.
Si los pliegues son muy marcados porque hay mucha flacidez de las mejillas, rellenar en exceso podría alterar la naturalidad del rostro. En este caso habrá que buscar otros tratamientos como los hilos tensores o un lifting quirúrgico.

 

¿PUEDEN SALIR MORADOS?

Puede haber inflamación y morados después del tratamiento. Suelen ser leves, pero mejor no programar ningún evento importante en los 10 días siguientes al tratamiento.

¿CUANTO DURA EL RESULTADO?

El hialurónico es de alta densidad y la captación de agua regenera los tejidos profundos, por lo que el resultado puede durar mucho tiempo. Generalmente hacía el año y medio puede ser necesario valorar una nueva aplicación.

¿QUÉ PRECIO TIENE EL TRATAMIENTO?

Depende de la profundidad de los surcos a corregir. Generalmente en personas jóvenes de piel fina suele ser suficiente una jeringa, con un coste de 350€.
En pieles más gruesas, hombres o surcos muy marcados puede ser preciso más producto, hasta un coste de 690€.


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¿Por qué el otoño y el invierno es la mejor época para realizar una intervención de Cirugía Plástica / Estética?

Después del  largo verano volvemos a la rutina. El horario laboral se normaliza y los niños ya están en la escuela

Tenemos más tiempo para nosotros, el trabajo más organizado y quizás nos ronda por la cabeza un tratamiento estético para el que nunca encontramos el momento adecuado.

Antes del verano  parece que nos apetece más presumir. Hay más salidas, nos quitamos más ropa y son más notorios aquellos aspectos físicos que querríamos mejorar.  Aparecen dudas si pasar por quirófano en este momento; a veces es la única opción, ya que el reposo al que obliga una intervención hace que  algunos pacientes tengan que aprovechar las vacaciones estivales, pero si existe la posibilidad de elegir, es más recomendable la operación pasado verano.

El otoño y el invierno presentan unas características que las hacen las estaciones de elección para tratamientos estéticos de cara y cuerpo:

 

Hace menos sol y calor

La mayoría de procedimientos van a necesitar algún tipo de faja, sujetador o vendaje que se tolera peor con el calor y el sudor.

En zonas faciales las cicatrices son muy sensibles al sol y se pueden pigmentar. Hay que ser muy precavido y repetir la aplicación de protector solar con frecuencia.

Incluso en cicatrices corporales que parecen protegidas  hay que tener cuidado, ya que la ropa o el bañador pueden dejar pasar las radiaciones ultravioletas.

 

La ropa de abrigo disimula mejor

En una cirugía corporal: pecho, abdomen, muslos, etc, una ropa más ancha y de más tapar disimulará mejor el proceso de curación, en el que puede haber alguna faja o sujetador más ancho.

En cirugía de cara, un pañuelo en el cuello o cabeza pasará más inadvertido.

 

Estar en casa con frío o lluvia resulta agradable

Y si no nos encontramos bien, nos podremos relajar mejor.  Tendremos un ambiente más acogedor para descansar en el sofá con una buena lectura o el ordenador.

Tenemos menos vida social

Como cultura mediterránea, cuando empieza el buen tiempo se multiplican los actos sociales. Bodas, celebraciones, salidas. A partir del otoño se reducen estos acontecimientos y no debemos preocuparnos si estaremos completamente recuperados para participar con normalidad.

Posibilidad de aprovechar periodos vacacionales en estas épocas

Cada vez con más frecuencia nuestros pacientes nos piden reservar fechas de intervención en días cercanos a puentes, vacaciones de Navidad o de Semana Santa. Bien organizados estos pequeños periodos, permiten reducir los días gastados de vacaciones en la operación.

Tener tiempo por delante hasta la nueva primavera y verano

Nos da tranquilidad, paciencia para que la piel y el resultado vaya progresivamente normalizándose y así una vez llegue de nuevo el buen tiempo, podamos lucir un nuevo aspecto con seguridad.


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La toxina botulínica se utiliza des de hace más de 30 años . Su uso inicial fué médico, para tratar contracciones involuntarias de los párpados, el blefaroespasmo, que impedía cerrar los ojos. Por casualidad, se observó que además de mejorar esta alteración, los pacientes agradecían un efecto secundario asociado: reducían las arrugas alrededor de los ojos y el entrecejo.

También con fines curativos, se usaba a grandes dosis para contracturas dolorosas en cuello,  las llamadas ¨distonías cervicales¨que afectaban incluso a niños y mejoraban con botox, a dosis mucho más altas que las usadas en estética e incluso en estos casos los efectos adversos eran poco habituales.

Con esta experiencia de muchos años, con dosis altas en algunos casos, y con pocas complicaciones, podríamos afirmar que el uso del Botox en  estética resulta considerablemente seguro.

Hay algunas enfermedades poco frecuentes, en las que no se puede realizar el tratamiento, principalmente en aquellas en las que el impulso neuromuscular no es bueno, como la miastenia. También durante el consumo de algunos medicamentos, y por supuesto durante el embarazo y la lactancia. Son muy raras las reacciones alérgicas, que se expresan como una inflamación que suele desaparecer espontáneamente.

Ya vemos que los efectos secundarios indeseables son pocos.

Otro tema sería un resultado insatisfactorio. Esto ya puede ocurrir en más ocasiones, y por eso siempre hacemos incapié en la importancia de acudir a un especialista con buen conocimiento anatómico:

La inyección de toxina botulínica en el músculo inapropiado, al paralizarlo, puede producir un defecto estético y de función importante:

Si en lugar de inyectarlo por ejemplo, en el músculo lateral causante de las patas de gallo, se llega al músculo elevador del párpado, este dejará de funcionar, cerrando el ojo. O si el producto llega a los músculos zygomáticos , que permiten movilizar la boca y sonreír, la boca quedará torcida.

En manos de un profesional acreditado, esto no debe pasar. En los peores casos, siempre será un defecto transitorio, y el músculo y su expresión, se acabarán recuperando.

La dosis también debe ser la adecuada. A veces es preferible dejar alguna arruga, y que los pacientes mantengan cierto movimiento y expresión en su rostro.

En cualquier tratamiento estético, se debe priorizar la naturalidad.

En la consulta correcta, es excepcional un problema o mal resultado con el Botox. Resulta un tratamiento cómodo para el paciente y muy efectivo. Reduce muchísimo las arrugas del tercio superior de la cara, relaja la zona frontal y rejuvenece la mirada.

El objetivo del médico o cirujano que lo aplica debe ser mejorar al máximo, sin cambiar la expresión ni la naturalidad del rostro, dando luminosidad a la mirada.


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La decisión de pasar por quirófano para realizar un aumento de mamas no es fácil para las pacientes.

Una vez tomada la decisión, aparecen muchas dudas respecto a los detalles técnicos a realizar.

Un tema que siempre tratamos en la consulta es el tipo de prótesis que elegimos para mejorar la forma del pecho.

La aparición de nuevos implantes, texturas y formas dan un amplio abanico de posibilidades.

Hemos pasado de prótesis redondas con pocas medidas, a múltiples prótesis redondas, más o menos anchas, y de diferentes proyecciones según el escote y la copa de sujetador que queremos llenar.

Y además.. las prótesis anatómicas en gota. Ya hace años que las utilizo en cirugía mamaría reconstructora. Cuando por un cáncer tengo que rehacer un nuevo pecho, estas prótesis son esenciales, puesto que son las que le darán la forma completa a la mama. Pero, ¿cuándo utilizarlas en cirugía estética?

Al ser de aparición más reciente las pacientes a veces me las piden con la creencia que conseguirán un resultado mejor y más natural. En algunos casos es así, pero no siempre.

No existe un tipo de prótesis” ideal”, la decisión se toma dependiendo del resultado que desea el paciente y la experiencia y conocimientos del cirujano; que además del volumen tiene que valorar otros factores para orientar al paciente en la decisión de qué tipo de implante es el mejor que a ella.

La decisión depende básicamente de las medidas de la mama y del tórax de la paciente, y del resultado que deseamos.

Así, en una mujer con un pecho redondo pero vacío en la zona superior, nos favorecerá una prótesis redonda, que pueda llenar esta zona y nos presente un escote atractivo.

Pero si el pecho no es redondo, si no ancho y de poca altura, necesitaremos una prótesis anatómica, más hecha a medida, puesto que una medida más ancha puede hacer que la misma altura, suba mucho y nos quede poco natural.

Lo mejor es poder conocer al cirujano y tener un diagnóstico de nuestro caso particular, que nos explique cuál es la mejor opción para nosotros y el resultado esperado.


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Aunque la paciente tiene mucho que decir a la hora de elegir el tamaño del implante, hay unas medidas del pecho que hay que respetar para que el resultado sea natural.

Yo, como cirujana plástica, a la hora de decidir qué tamaño de implante poner, escucho primero los deseos de la paciente. En general se busca conseguir un pecho más redondo y lleno, más o menos grande dentro de estos parámetros, pero sobretodo natural. La demanda oscila entre una talla 90 llena (lo que correspondería a una copa C) hasta una 100 también copa C. Aunque a veces se solicitan volúmenes diferentes, estos serían los más habituales.

La talla final no depende sólo del tamaño de la prótesis, que se mide en cc o gramos. La talla final depende de la prótesis, de la cantidad de pecho que ya tiene la señora, de su contorno, e incluso de la marca del sujetador.

La prótesis tiene que adaptarse a la forma del pecho: no debe sobrepasar el ancho natural de la mama. Eso quiere decir que el diámetro debe ser algo menor que el del propio seno, ya que si no sobresaldría por los extremos y se notaría mucho, además de tener un resultado antinatural.

Ya que muchas pacientes tienen un ancho parecido, y la prótesis no sobrepasará este, el volumen mayor o menor vendrá por la altura de la prótesis. Un ejemplo: en una paciente de mama estrecha, por ejemplo 12 cm, habrá unas prótesis de altura baja, que darán poco volumen y unas de altura muy alta, que darán más copa y volumen. Entre medio tenemos varias opciones de llenado.

Según el volumen que busquemos optaremos por una prótesis bajita, que no llene mucho el sujetador o una prótesis alta, que incluso pueda sobrepasar el escote del sujetador. Así tenemos los diferentes volúmenes que conocemos: 290 cc, 340 cc, 380 cc. Además, el mismo volumen de prótesis, puede dar un resultado visual diferente dependiendo de que la paciente será bajita y delgada o alta y corpulenta.

La experiencia y la comunicación clara con las pacientes son las que ayudan a la decisión final; la solicitud de un aumento “normal” tirando a un poco grandes o un poco pequeñas y las medidas de su pecho original junto con su constitución corporal, serán las que acabaran decidiendo el implante que mejor puede adaptarse a sus deseos.


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La cirugía de elevación de mamas reposiciona los pechos caídos, elevándolos y devolviéndolos la firmas perdida.

Los cambios de peso, los embarazos y la lactancia suelen tener como consecuencia la caída de los pechos.
Aunque esta situación es natural por la propia evolución del cuerpo, puede resultar incómoda para muchas mujeres; a veces cuesta encontrar un sujetador o bikini que se adapte a un pecho vacío. Asimismo, a la hora de vestirse o en las relaciones de pareja la mujer puede sentirse insegura con su aspecto.

En estos casos, para mejorar y recuperar la forma hay que hacer una pexia mamaria: elevar el pecho mediante una cicatriz alrededor del pezón, para colocarlo más alto, y una cicatriz por debajo, por donde quitaremos la piel que sobra para remodelarlo.

En algunas mujeres, se pierde tanto volumen y la mama queda tan blanda, que es necesario colocar una prótesis en la misma intervención. Será la única manera de conseguir un pecho redondo y consistente.

La intervención debe realizarse por especialistas en cirugía plástica y estética con garantías que el procedimiento y las instalaciones sean seguras. Se precisa una anestesia general y unos días de reposo con los brazos.

La mastopexia es una cirugía y eficaz. Al salir del quirófano llevará un vendaje elástico y debe tener preparado un sujetador de tipo deportivo que se coloca al día siguiente de la operación.

A las dos semanas se retiran los puntos, y se puede iniciar la actividad normal. Se puede iniciar un ejercicio suave, que se irá incrementando progresivamente, de manera que después de un ya se recupera el ritmo de vida habitual. No hay muchas complicaciones.

Los resultados son muy gratificantes para la paciente, ya que recuperar un volumen y forma del pecho más juvenil mejora la autoestima y la seguridad de toda mujer.


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El pecho de la mujer es considerado un signo importante de feminidad. Su valor estético, social y maternal asociado a la lactancia se ha plasmado a lo largo de los siglos, ya desde la prehistoria.

Los cánones estéticos también han cambiado. Sería frívolo asociarlo a modas, pero realmente el concepto de un pecho bonito ha variado según la época. Sólo tenemos que recordar los años sesenta, cuando el movimiento «hippie»; presentaba mujeres delgadas, con poco pecho, hasta los años 80, donde algunas series televisivas presentaban mujeres socorristas con pechos enormes que crearon época.

Fuera de anécdotas, es cierto que muchas mujeres pueden dar importancia al aspecto de su pecho, por estética y por comodidad, ya que es una parte de la anatomía con la que se debe convivir día a día; un pecho considerado demasiado grande o caído puede ser una fuente de molestias continuas.

En una reducción mamaria se debe quitar la glándula que sobra, junto con la piel.

Siempre se intenta que las cicatrices sean lo más pequeñas posibles, pero si el pecho es muy grande deberán hacerse cicatrices alrededor y por debajo del pecho.

El aumento de mamas es una de las intervenciones más frecuentes en cirugía estética

El objetivo debe ser siempre intentar conseguir un resultado lo más natural posible. De prótesis, hay muchas, de diferentes tipos, marcas, formas, volúmenes … lo más importante es buscar un material de máxima calidad, que sea de confianza por el médico, y de tamaños y características que se adapten al cuerpo de cada paciente.

Hay muchas intervenciones que se pueden realizar sobre esta zona. Y no sólo en mujeres.

Pensamos que la glándula mamaria, tanto en hombres como en mujeres está sujeto a variaciones por causas hormonales, de peso, de edad, de alimentación, ingesta de anabolizantes, etc

No es infrecuente encontrar en hombres un desarrollo excesivo de las mamas, denominado ginecomastia; en la gran mayoría de casos es un proceso benigno, y sólo supone una alteración estética, que sobre todo en chicos jóvenes, puede ser vivida con cierta angustia.

En estos casos se puede extraer la glándula mamaria, se intenta por la areola-pezón para dejar poca cicatriz.

Siempre va bien recordar que tenemos que tener cuidado de la piel de la zona del pecho y del escote, lo que nos ayudará a mantener el pecho terso durante más tiempo: buena hidratación, evitar las quemaduras por el sol en toda esta zona, evitar cambios importantes de peso y ejercicios que nos ayuden a desarrollar los músculos pectorales.


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Seguramente la mayoría de nosotros quisiéramos mantenernos siempre jóvenes, pero tenemos que aceptar que el envejecimiento es un proceso natural que forma parte de nuestras vidas.

Buenos hábitos, descanso, ejercicio moderado y buen humor son sin dudas unos buenos aliados para conservar un aspecto físico y un estado mental juvenil.

Si a pesar de todo, los signos del paso de los años que pueden aparecer en la cara son motivo de preocupación, siempre se puede consultar sobre las posibilidades de mejora. No se trata de conseguir una piel de 20 años, si no simplemente intentar mejorar algunos de los cambios, como arrugas, flacidez o aspecto cansado que se asocia a mayor edad.

Los ojos juegan un papel importante en este proceso; un exceso de piel y bolsas de grasa dan una sensación de pesadez que puede molestar. Con una blefaroplastia (cirugía de párpados) del ojo gana en amplitud, expresividad y rejuvenece la mirada. Realmente gana toda la cara.

Los párpados superiores se intervienen con anestesia local y la cicatriz queda al pliegue natural del ojo. Para los párpados inferiores hay habitualmente una sedación.

Si la laxitud y caída es más general y afecta a frente, mejillas, cuello etc, habrá que plantear un lifting facial. Esto ya es una intervención de cierta envergadura: hay una anestesia general y entre 2-4 semanas para poder tener una actividad social y laboral más o menos normal.

Si lo que queremos mejorar son las arrugas alrededor de los labios y parte inferior de la cara, debemos optar por sustancias de relleno; Recordar que la silicona inyectada no está permitida, siendo la causa principal de abultamientos anormales, como casos de labios excesivamente llenos, que llaman tanto la atención. Es importante utilizar sustancias aprobadas por la CE y buscar resultados naturales y armónicos.

En personas más jóvenes las arrugas suelen ser de expresión: a la risa y gesticular se contrae excesivamente los músculos de la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos (las llamadas patas de gallo).

Para estas zonas se suele utilizar toxina botulínica (antes Botox, ahora Vistabel). Son unos pinchazos que debilitan la fuerza de estos músculos. La duración del efecto es de unos 5-7 meses. El Botox se utiliza desde hace muchos años con mucho éxito, aunque no debemos olvidar que hablamos de sustancias al·lienes a nuestro cuerpo, por lo que podrían dar reacciones inesperadas.

Además de los tratamientos médicos y quirúrgicos que he llamado, tener presente la importancia de cuidar la piel, para que mantenga su elasticidad al máximo. Hidratarla con frecuencia, evitar quemaduras solares e importantísimo: no fumar.


Dra. Dolors Mejina

Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Miembro de la Academia de Cataluña de Cirugía Plástica. Miembro numerario de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Member of the European Board in Plastic and Reconstructive Surgery.

El objetivo de su actividad no es sólo el embellecimiento físico de la persona, si no especialmente la posibilidad de proporcionar una imagen más adecuada y positiva, mejorando su autoestima y, por tanto, su calidad de vida.

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